Nos permite sentirnos protegidos, algo primordial para niños y ancianos quienes dependen del amor de quienes los rodean.
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Nos otorga seguridad, gracias a lo cual somos más eficientes y nuestras relaciones interpersonales más productivas.
Nos da la confianza para avanzar cuando el miedo nos bloquea ante algún desafío de la vida.
Con un abrazo transferimos nuestra energía y aumentamos nuestras propias fuerzas.
El contacto físico y el abrazo imparten una energía vital capaz de sanar o aliviar dolencias menores.
Mediante el abrazo podemos transmitir un mensaje de reconocimiento al valor y la excelencia de cada individuo.
El abrazo es un intercambio de energía tan poderoso, que no solo enriquece a quien lo da o lo recibe, sino que se transforma en un recuerdo protector para el futuro de ambos; acompaña en la soledad, aconseja en momentos de duda, fortalece, aleja los remordimientos, ilusiona en la distancia y siempre siempre nos hace sentir importantes.
Hay algo hermoso en el abrazo y es que se convierte en bienvenida y despedida a la vez; así como el presente despide los buenos y malos momentos compartidos, recibe con un "seguimos juntos".
Como forma parte de todas las culturas, un abrazo no requiere traducción para expresar te creo, te entiendo, te quiero, te perdono, te acepto, te apoyo, te protejo, te amo...
El vagabundo que habita en nuestro corazón va siempre de paso; por eso sabe que cada encuentro es irrepetible, incluso aquel que forma parte de la rutina.
Como el ahora es un tesoro da lo mejor que tiene, su sonrisa, a cambio del tesoro de un abrazo.
Un abrazo puede helarte el alma y hacerte trizas el corazón si es frío, dado por compromiso o incluso por la fuerza de la costumbre. Pero un abrazo dado desde lo más profundo del corazón es, simplemente, mágico.
Los abrazos son cotidianos en mi vida, no pasa ni un solo día en que no dé o me den alguno, o algunos.
Me gusta mucho dar abrazos porque no necesito palabras para decirle a la otra persona: te aprecio, eres importante para mi, cuenta conmigo si me necesitas, estoy aqui...
No se puede negociar ni regatear con un abrazo: un abrazo dice mucho más que todas las palabras del mundo, y en la respuesta de la otra persona te das cuenta de si tu mensaje ha llegado.
Si la respuesta es positiva...no es necesario nada más. Es una sensación increiblemente reconfortante.
Vivimos en un mundo en el cual parece que evitemos el contacto físico: nos hemos vuelto fríos, ariscos, quizás demasiado temerosos de mostrarnos vulnerables, ¡pero si es que SOMOS vulnerables!
Conocer nuestras debilidades nos hace más fuertes, aunque es algo que hemos olvidado.
Abrazoooooooooosss a todooooooooosss!!!!
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