ANÉCDOTA :
Lo ves acercarse; mandaste pistas, insinuaste tus sentimientos, indirectas; y por fin ha dado resultado. Ves su rostro y sientes que tiemblan las piernas. ¿Qué le dirás? ¿Lo harás esperar? ¿Le dirás que te deje pensarlo? Tantas opciones, y todas apuntan a un final que te sabe irreal.
“Me gustas”, lo escuchas decir y te esfuerzas por no lanzarte a sus brazos y besarlo. “No, Epigenia, hazte la difícil”, te ordenas. “Quería… me preguntaba sí…”, tartamudea, y su gesto te parece adorable. Lo tomas de las manos y le pides que te mire a los ojos. “Tú también me gustas”, confiesas para ayudarlo a encontrar el valor que le hace falta.
“¿Quieres ser mi… mi… ―dice y no puedes evitar que una sonrisa delate tu emoción― Quieres que tengamos un free?”
Respondes que sí de inmediato, aunque cuando la pregunta se repite en tu cabeza, entiendes que algo está mal. Lo miras confundido y él se defiende: “vengo de una relación muy complicada. No estoy listo para algo serio”.
REFLEXIÓN…
Las relaciones abiertas han existido desde hace mucho ―pregúntale a tu abuelo… cuando esté un poco borracho―, y es un fenómeno que es cada vez más “aceptado” y más común.
Emitir un juicio entre si son correctas o no es entrar en un debate un tanto absurdo; puesto que, en la mayoría de los casos: quienes han o tienen una relación así, dirán que es una excelente opción, una manera de disfrutar y divertirte sin tanto problema ni compromiso; mientras que los que no han vivido esta experiencia, dirán que es lo peor que existe y tildarán a los que la practican como personas sin moral ni respeto por si mismas ―como esas parejas impuras que tienen sexo pre-marital, ¿cierto?―. Todas las opiniones son válidas; pero es imposible ignorar que los “free”, el tipo más frecuente de estas relaciones, proliferan peor que la gripe común o la influenza ―sólo que esto no nos deja sin clases… aunque puedes perder una o dos.
“Un ‘free’ es como tener un noviazgo, sin preocuparme por tener contento a nadie; es disfrutar las mejores partes sin sentirme atado o comprometido.”
¿Qué es un ‘free’?
Es una relación ―nah… ¿en serio?― entre dos o más personas ―¡ah! ¿en serio?― en la que no existe compromiso, fidelidad y, lo más importante, sentimientos.
Una de sus características consiste en que desde un principio se fijan las reglas de la relación.
Así, los involucrados pueden elegir días y lugares para sus encuentros y “episodios”, decir qué les gusta y qué no; pero, sobre todo, establecer los límites y… ehm… condiciones de uso.
“¿Un ‘free’? No gracias.
Soltar sin compromiso… Jamás lo haré.
Si quieren algo así conmigo, que lo demuestren y se lo ganen”
Como en todo, tener o ser un “free” tienes ventajas y desventajas. Veamos las primeras (cabe aclarar que, así como tu free debe hacerlo por ti, es tu obligación responder de la misma manera):
Diversión sin compromiso:
Sal ―o enciérrate― con tu free, que para eso están. Si tienes ganas de ir al cine y no ver la película, o de salir en la noche y aprovechar los rincones oscuros, adelante.
Arregla la cita para divertirte un buen rato y luego no hablarse en una semana.
Sal ―o enciérrate― con tu free, que para eso están. Si tienes ganas de ir al cine y no ver la película, o de salir en la noche y aprovechar los rincones oscuros, adelante.
Arregla la cita para divertirte un buen rato y luego no hablarse en una semana.
Control de temperatura:
En temporada de frío ―o de excesivo calor… interno―, llama a tu peor-es-nada para que juntos se ayuden a olvidar todo lo que pasa fuera de la habitación.
En temporada de frío ―o de excesivo calor… interno―, llama a tu peor-es-nada para que juntos se ayuden a olvidar todo lo que pasa fuera de la habitación.
Servicio de acompañante:
Si tienes planeado un viaje, evento o excursión, o sólo quieres saltarte un par de clases; pero no quieres ir solo, localiza a tu “terapia”, invítalo y disfruten de la oportunidad.
Si tienes planeado un viaje, evento o excursión, o sólo quieres saltarte un par de clases; pero no quieres ir solo, localiza a tu “terapia”, invítalo y disfruten de la oportunidad.
Función anti-estrés:
Si reprobaste un examen, te regañaron en el trabajo, o simplemente sientes ganas de gritar de tanta presión que hay sobre tus hombros. El olvido y la relajación están a una llamada de distancia.
Si reprobaste un examen, te regañaron en el trabajo, o simplemente sientes ganas de gritar de tanta presión que hay sobre tus hombros. El olvido y la relajación están a una llamada de distancia.
“Un ‘free’ es un cuando dos personas deciden saltarse el drama y van directo al clímax… Literal”
Ahora hablemos de la parte difícil, de las desventajas de este tipo de relaciones:
No puedes enfadarte si no te llama en semanas, y cuando lo hace es sólo porque tiene “ganas”. Recuerda que fuera de esas “ganas”, no hay nada que los una.
No puedes armar escenas ni reclamarle si es que lo ves con alguien más, pues él(ella) no tiene por qué serte fiel ―ni tú a él(ella).
Cuando vaya contigo a una fiesta o evento familiar, no puedes presentarlo como tu novio; lo que sólo ocasionará que tus primos y amigos comiencen a hacer suposiciones ―que serán las correctas― y algunos piensen mal de ti.
Siempre corres el riesgo de enamorarte y no ser correspondido.
“¿Por qué le llaman ‘free’? No lo entiendo. Todos los que hacen eso… cobran, ¿no?”
“¿Por qué le llaman ‘free’? No lo entiendo. Todos los que hacen eso… cobran, ¿no?”
¿Cómo hacer que sobreviva una relación así?
Lo primero que deben hacer es entender que ninguno de los dos quieren un compromiso, celos, ni darle explicaciones a nadie.
Deben ser maduros para hablar de las cosas. Si la idea de ser algo más aparece en tu cabeza, háblalo con tu pareja-de-ocasión.
Quizás ha llegado el momento de decir adiós, o de formalizar.
Sigan las reglas que establecieron, y estén preparados para separarse cuando sea necesario ―y antes de que sea urgente.
No hagan planes a futuro, pues recuerden que nada los une y podrían llevarse una grave decepción.
Salgan con más personas, tengan otros “free”. Mantén varias opciones disponibles; esto hará más fácil el momento de la separación.
No accedas a una relación de este tipo con la esperanza de que el otro se enamore de ti.
NO INVOLUCRES SENTIMIENTOS.
“Yo creo que todos, hombres y mujeres, hemos pensado en tener un “free”.
En serio.
Sólo que, quizás no nos lo han propuesto de la manera indicada”
En apariencia es como si pusiéramos los sentimientos a un lado, como si jugáramos con nuestras emociones y lo único que importa es divertirse.
Bueno o malo, es una situación ordinaria que ya no debería espantarnos.
Aceptar o declinar una oferta de “free” es un pensamiento complejo y, como en todo, siempre es la primera vez la más difícil.
Tu aceptarías un FREE….???
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