martes, 12 de junio de 2012

” Estás sólo… porque quieres. ”



Para variar quiero traer este tema a discusión, que se que vendrán muchas opiniones y puntos de vista.
De hecho, en algunos casos podría estar de acuerdo con la aseveración planteada en el título, pero en otros definitivamente no lo estaría.
Hace unos meses me llamó un amigo para decirme que se sentía solo. Le respondí que si quería, lo acompañaría al cine o a algún lugar.
Me dijo que no.
En estos días, a mi me pasó algo parecido. El mismo amigo me invitó a una fiesta en su casa, y preferí quedarme solo en mi casa.
Ahora bien.
Allí hay dos tipos distintos de soledad.
El primer caso, es una soledad afectiva, o de pareja.
El está solo no porque quiere.
Está solo porque no se ha encontrado a alguien que le ame y a quien amar.
A veces en esos casos no es mucho lo que podemos hacer. O se ama, o no se ama.
En el otro caso, nos podemos referir a la soledad de gente.
Yo puedo estar solo conmigo, y me siento bien.
Allí si se puede decir que estoy solo porque quiero.
La primera soledad se llena con una pareja.
La segunda soledad se llena con personas, amigos, conocidos.
Si estamos en la primera situación, podemos estar rodeado de millones de personas, y aún así nos sentiremos solos.
En la segunda situación, con llamar a un amigo basta…

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