Y como cada noche me encuentro en la colina mirando absorta la pálida luna que ante mí se encuentra, siempre tan sola sin otra compañía que las estrellas que la rodean.
Soy una persona que se dedica a cantar al sol de la noche cuando oscurece, sin otra compañía que el viento que corre conmigo.
Si pudiera tan solo una vez más encontrar las respuestas la soledad no sería más que la ilusión de una pesadilla. He vivido poco y a pesar de eso solo me queda la luna, la única cosa a la que puedo hablarle, pero que no contesta…
Siempre buscando una palabra, buscándote a ti para que me envuelvas con tus labios, pero no eres más que un sueño roto.
Porque no eres mas que eso, un sueño…
¿Habría cambiado algo si te hubiera dicho lo que siento por ti?
Eso es algo que ya no sabré, tu nombre que antes me provocaba la pasión que aceleraba mi corazón, ahora solo me provoca el dolor de un sentimiento muerto.
Ya no habrá sueños perfectos, ni ilusiones. Me enamoré de la prohibición y ahora tengo que prohibirme seguir sintiendo esto por ti.
A pesar de todo, camino por en filo de la navaja mientras sueño cosas imposibles, porque los sueños imposibles son los mejores.
Camino al lado del abismo ilusionándome, encontrando la esperanza que hay oculta en mi cuerpo.
Me dejo atrapar por el escenario y su telón, por el cuadro y su pintor.
Pero los momentos pasionales no son demasiados y casi siempre voy dejando una marca en mi corazón por cada alma perdida.
Solo en la noche al igual que un lobo aullando a la luna sin encontrar respuesta alguna.
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