sábado, 30 de noviembre de 2013

" El Niño Que Soy... "

Soy un niño con un nombre que me sustenta llámame por mi nombre.

Acéptame como soy: no me compares.

Yo soy como tú, un individuo único con únicas maneras de percibir interpretar y expresarse.

Aprender es agradable.

No me lo eches a perder con castigos tareas y amenazas.


Permíteme expresarme libremente, no termines mis frases ni culmines mis trazos ni rellenes mis dibujos.

Intercambia conmigo opiniones.

Así me ayudas a aceptar las críticas ajenas.

Mírame a los ojos cuando me hables.

De ser posible colócate a la altura de mi vista.

A veces me duele el cuello de mirar hacia arriba.

Sé discreto con mis asuntos: mis piojos, mi zurdera, mi tartamudez o mis rabietas; no van a desaparecer por el hecho de que tú las pregones.


Déjame tomar decisiones.

Sugiéreme y plantéame alternativas pero enséñame a ser independiente; a prescindir de ti.

Estimúlame para mantener despiertos mis sentidos con ellos puedo hacer y rehacer el universo.

Valora mis esfuerzos más que los resultados de mis actos.

Así tendré ánimo para seguir adelante y ése será nuestro triunfo.


Si asumes que yo soy un individuo en proceso de transformación (y tú también) podremos ser solidarios en la creación.

Necesito límites y está bien que ejerzas el control pero hazlo con firmeza, congruencia perseverancia y cariño.

No me pidas que me quede quieto por mucho rato.

Tengo muchos barcos, trenes, aviones, caballos y mariposas por dentro.


No me resuelvas las cosas porque me harás un desvalido.

No supongas lo que me pasa; indágalo.

Así nos ayudaremos.

Un dato para sobrevivir el mañana: enséñame a cooperar antes que a competir.

Enséñame también cómo aprender pero quiero aprender explorando, haciendo, viviendo:

Necesito amar y ser amado.
 
 
 
 
 

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